Seguro que, como aficionados a la fotografía, habéis escuchado alguna que otra vez lo siguiente:
Esa foto que bonito bokeh tiene o ese objetivo proporciona un bokeh agradable.
Pues bien, la palabra bokeh (pronúnciese “boqué“) viene del japonés ぼけ boke) que significa desenfoque. Pero en fotografía se usa ese término para referirse a la calidad subjetiva de un objetivo por la estética de las zonas desenfocadas que produce en una fotografía. Es decir, no se mide la cantidad de desenfoque, si no de cómo resulta estéticamente. Se trata, por lo tanto, de una propiedad subjetiva.
Mientras que unos objetivos muestran los objetos del fondo que se desenfocan como manchas circulares, otros lo hacen en otras formas, colores y contrastes. Estas formas como manchas suaves de color que toman los objetos desenfocados es lo que caracteriza el bokeh de un objetivo. Y, normalmente, se definiría el bokeh por la forma que tienen las luces en ese fondo.
Uno de los factores, además de las propiedades técnicas de cada objetivo, que influyen en el bokeh es la apertura. Como es sabido, a mayor apertura mayor desenfoque, y es en esas aperturas grandes donde mejor se podrá apreciar el bokeh (a mayor apertura, mayor efecto). Y también el empleo de focales largas (cuanto mayor sea la longitud focal, mayor también es el efecto bokeh).
No hay una propiedad técnica en un objetivo que indique si éste va a tener un bokeh agradable o no. El número de láminas del diafragma podría ser una indicación, pero lo más fiable son las pruebas hechas directamente con el objetivo.
¿Y en qué afecta el bokeh a nuestras fotos? Pues depende del tipo de foto que se haga. Si se hace paisaje o bodegón, pues no importa demasiado, pero en la fotografía en donde se busca desenfocar el fondo (macro, retrato) para que el motivo principal quede destacado, sí que importa. Y ese fondo desenfocado, jugando con él, puede dar un plus a tus imágenes.
Veamos algunos ejemplos:
En esta primera imagen, aunque el sujeto principal está biensenfocado, el fondo está demasiado presente y distrae. Además, su forma, el bokeh propiamente dicho, no es precisamente muy agradable (Canon 350D, Tamron 28-300, 300mm, 1/1000, F11, ISO 400).
Esta imagen tiene un bokeh octogonal (es el reflejo del sol en una charca) (Canon 350D, Canon 100mm, 1/500, F8, ISO 100).
En la anterior imagen, se ha intentado usar el flare del fondo para simbolizar una luna… (Canon 7D, Canon 100mm ISL, 1/8, F9, ISO 100).
En esta otra, se aprovechan los reflejos del sol en unas hojas para dar ese ambiente en la escena, con ese bokeh tan bonito y agradable que conforman los círculos (flares)(Canon 7D, macro Canon 60mm, 1/100, F3.2, ISO 200).
Y en esta se trata de resaltar, al estilo de un foco de un teatro y con la máxima apertura disponible del objetivo, a la protagonista aprovechando, de nuevo, una luz del fondo (Canon 7D, macro Canon 100mm ISL, 1/250, F2.8, ISO 200).
Estos son ejemplos con objetivos míos. Después hay otros objetivos que dan otros bokeh impresionantes:
Este bokeh se produce con el objetivo manual Primotar 135mm.
Otro ejemplo, del mismo autor, fardels:
Y, en este caso, el objetivo empleado es otro objetivo manual, el Biotar 75mm.
Para acabar, os dejo un vídeo de cómo se puede cambiar el bokeh de los objetivos con filtros de cartón…
Si quieres estar informado sobre todo lo relacionado con la fotografía puedes seguirnos en nuestro twitter o facebook.